Una vez formada la candidatura de acuerdo con unos rasgos distintivos de cada persona para adecuarse al cargo que desean asumir, quiero dar las gracias públicamente a tantos hermanos que en estos meses atrás se han ofrecido para acompañarme en esta nueva andadura que nos proponemos iniciar.
A todos les quiero expresar mi cariño más sincero, en la seguridad que su trabajo y buen hacer será compensado por más pronto que tarde por la gracia de Nuestro Señor y la mediación de su Bendita Madre y reconocida por todos los hermanos.